...de momento

domingo, 8 de agosto de 2010

MIS ONCEAÑOS -Capítulo II

Dos veranos antes es cuando supe que algo así podría suceder. Mi madre tenía un amante. Lo supimos en cuanto los vimos, por primera vez, sentados en la toalla, se hacían arrumacos propios de una pareja. Quizá lo supimos por la diferencia: no recuerdo a mis padres dándose abrazos o besos, o percibir alguna complicidad entre ellos.
Aquel día lo estábamos pasando en el recinto de las piscinas. Mi madre no estaba con nosotros, pero eso no era raro. Miguel y yo fuimos a jugar a la zona más apartada, tras un edificio donde estaba la piscina cubierta. Buscábamos flores entre el césped cuando les vimos, de lejos, en el lugar más apartado, tras el edificio de la piscina cubierta, sentados en la toalla, cariñosos, ríendo. No tardamos más de dos segundos en entender. Espíamos un rato, eso lo recuerdo. De repente me veo en nuestra toalla, llorando, sin poder parar. Mi madre estaba preocupada, preguntaba-¿por qué lloras?- una y otra vez. Yo no podía hablar, sólo podía pensar -estabas con otro hombre que no es papá, tienes un amante, te he visto-, pero no quería que lo supiera. No podía hablar.

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