...de momento

sábado, 31 de julio de 2010

mis once años

Algunas historias son tan largas, o tan complejas, que es mejos enseñarlas por capítulos. Es lo que le pasa a la historia de ´sus once años´ o ´las fantasías de Ginebra´. Intentaré que ´los once´ tenga un poco más de orden..


CAPITULO I

Recuerdo el día que se marchó, pero no la recuerdo yéndose. Recuerdo que estaba estudiando un tema de ´Ciencias Sociales´,había una foto de un campo de agricultura en la página abierta, cuando alguien llamó a la puerta. Aunque no habíamos cenado ya había anochecido hacía rato. Era la vecina:mi padre llamaba por teléfono(nosotras no teníamos, mi abuela pensaba que era un gasto innecesario). Cuando volvió del piso de arriba yo ya sabía lo que estaba pasando- Tu padre ha encontrado a tu madre otra vez con ese hombre-. Me vistió deprisa, en siencio, y fuimos corriendo a casa de mis padres, al otro lado de la ciudad. Por el camino mi abuela pensaba en voz alta. Siempre lo hacía, desahogaba sus pensamientos negativos. Sólo que esta vez eran contra su hija, no contra mi padre.
La noche ´no parecía fría, tal vez porque casi corríamos. El ambiente estaba cargado, aún en la calle. Al llegar a casa se podían respirar las sensaciones. Todo estaba triste y sin embargo todo estaba en sus sitio. Recuerdo que ella estaba allí, pero no recuerdo si se despidió, no recuerdo si la vi.Recuerdo que miramos por la ventana de la habitación roja como subía en un coche, con el otro hombre, cargada de bolsas, para no volver. Se iba para siempre. Arriba, en el tercer piso, frente a la ventana de la habitación roja, mi padre nos abrazó a los tres y lloró. Mis hermanos lloraron también. Yo no lloré. Pensé que era mala persona por no llorar. Tampoco sentía ganas. De algún modo ya sabía que ella se marcharía. No estaba sorprendida, ni apenada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario